lunes, 13 de marzo de 2017

Metacognición

Metacognición




El punto de partida en un proceso de instrucción es la planeación, entendida como el principio de la práctica, pretende determinar las actividades pedagógicas más convenientes en el desarrollo de habilidades en los procesos de enseñanza aprendizaje. De hecho, la planeación debe abordarse como una práctica científica y social, a partir del proceso reflexivo que le permita el mejoramiento continuo en una comunidad de aprendizaje. Esto constituye desde los diálogos del saber pedagógico, reelaborar el discurso del docente y encontrar nuevas maneras de abordar las problemáticas entre pares, a partir de supuestos y teorías educativas.

Se considera que ciertos recursos y actividades tienen un carácter metacognitivo cuando inciden en los conocimientos del propio conocimiento en la determinación de los presaberes y la autorregulación cognitiva desde la propia comprensión del proceso de aprendizaje en búsqueda de su perfeccionamiento continuo. De acuerdo a Flavell (como se citó en Fourés, 2011), la metacognición le da las herramientas al individuo para la toma de conciencia de su propia persona y considere las estrategias más apropiadas para lograr el desarrollo de sus capacidades.

De esta forma, el concepto de metacognición puede ser asumido como un concepto estructurador de la didáctica. Entendido desde la reflexión, la toma de conciencia y la evaluación. Solo cuando el docente es capaz de releer su práctica pedagógica, es cuando se generan verdaderos procesos metacogntivos. Según Freire (citado en Fourés, 2011), la reflexión se convierte en un instrumento crucial para mirar de una manera crítica y tomar conciencia desde el quehacer docente.  

Uno de las mayores dificultades para los docentes, es relacionar la teoría con la práctica, que puede ser superado en la medida que reconozcan sus propias estrategias de conocimiento y las utilicen para realizar la planeación. La planificación es la base de toda instrucción y es la mejor herramienta para reflexionar y evaluar el ejercicio docente que lo conduzca a transformar su quehacer pedagógico.

De acuerdo a Puebla y Talma (2012), la metacognición es una de las bases para desarrollar habilidades de pensamiento, autorregulación y preparar al individuo para aprender a aprender durante toda la vida. Esto implica, conocer nuestras características como aprendices, desplegar las estrategias congnitivas,  seleccionar los recursos apropiados y transferir las capacidades al ejercicio formativo.

El éxito del docente se dará, en la medida que pueda reflexionar y adaptarse a las situaciones del día a día. El aporte de la metacognición se evidencia en los procesos comunicativos que puedan generarse, para lograr el conocimiento de sus estudiantes y sus necesidades. Sin embargo, si los docentes no han vivenciado un buen nivel de metacognición en su proceso formativo, difícilmente podrán replicarlo con sus estudiantes (Puebla y Talma, 2012).   

Según Campanario (2009), existen estrategias metacognitivas dirigidas a los docentes que demuestran efectividad al seguir algunas consideraciones pedagógicas:

-  Desde el comienzo se debe dar a conocer los objetivos del proceso formativo. Al presentar a los estudiantes los resultados de los aprendizajes esperados, se puede orientar la evaluación de manera adecuada desde el inicio de un tema o unidad. También es importante presentar los objetivos que se persiguen con las actividades para que el estudiante pueda conocer que se espera en su desempeño.

- Insistir en el componente problémico del conocimiento, hace necesario plantear problemas conceptuales que requieran soluciones mediante contenidos. También, se puede proponer problemas cotidianos a partir de preguntas que requieran captar la atención y generar conciencia desde la motivación.

- Aplicación de conocimientos científicos a la realidad, requiere un papel más activo del estudiante al emplear los conceptos y principios  a la realidad inmediata. Esto favorece manera positiva generando actitudes favorables hacia las diferentes disciplinas científicas.
  
- Conocer la historia de las ciencias es una temática importante para analizar la resistencia a los nuevos descubrimientos a través del tiempo, para alcanzar la aceptación y validación de nuevas teorías. Además, como el error ha estado presente  a lo largo de la historia. Esto les permitirá no creer en verdades absolutas y reconocer que debemos adaptarnos a nuevos descubrimientos.

- Desarrollo de enfoques multidisciplinarios, debe estar relacionado con las diferentes disciplinas científicas  y la existencia de temas transversales que permitan implicar otros saberes del conocimiento. Alcanzar una verdadera transferencia de conocimiento, requiere establecer relaciones entre los diferentes saberes.
- La evaluación como instrumento metacognitivo, parte desde la valoración de los presaberes a través de una prueba diagnóstica como punto de partida. Además, la evaluación como un proceso de valoración permanente en la estimación de los aprendizajes alcanzados. También, se involucra la autoevaluación como la mirada propia en la determinación de nivel de comprensión al contrastar con las rúbricas.

Campanario (2009), presentan algunas actividades orientadas al estudiante:



- Apuntan a realizar predicciones, observar fenómenos y explicar resultados; es así como aprenden de sus propias concepciones y experiencias. De esta manera, toman conciencia de su  proceso metacognitivo.  

- Mapas conceptuales que fomentan la capacidad para identificar relaciones entre conceptos al sintetizar la información. Estas relaciones se establecen mediante enlaces y requieren una organización jerárquica. Según Novak y Gowin (citado en Campanario, 2009), los mapas favorecen los procesos metacogntivos porque apuntan a desarrollar el pensamiento creativo al establecer relaciones entre conceptos.

- El diagrama V, es una técnica heurística que admite ilustrar elementos conceptuales y relacionarlos con los componentes metodológicos  en simulaciones de prácticas experimentales. Su potencial se encuentra en el proceso de creación e interpretación del conocimiento.

- El uso de bibliografía debe orientarse desde el trabajo con lecturas informativas para prepararse en el tipo de documentos propios de las disciplinas científicas. Es importante estudiar la manera de analizarlas y procesarlas para lograr su comprensión.

- Resolución de problemas como pequeñas investigaciones, pretende buscar que la solución de problemas se transforme en un proceso de investigación donde se realice un proceso de planteamiento y análisis, elaboración y contraste de módulos.

- Elaboración de un diario para recopilar las experiencias realizadas en clase, dificultades en los experimentos, procesos de cambio conceptual e intercambio de reflexiones en los debates. También se incluye la autoevaluación como un insumo de reflexión.

- Empleo de autocuestionarios para fomentar la comprensión lectora y determinar niveles de lectura. A partir de un protocolo de control, el estudiante contrasta lo que ha aprendido.

- Empleo de preguntas por parte de los alumnos para determinar los conceptos más relevantes de un texto, así como el nivel de comprensión. Los estudiantes son quienes formulan las preguntas que responderán sus propios compañeros. Este proceso les obliga a desplegar procesos de sistematización de conocimientos.

Referencias

Campanario, M. (2009). El desarrollo de la metacognición en el aprendizaje de las ciencias: estrategias para el profesor y actividades orientadas al alumno. Colección Digital Eudoxus, (8).

Fourés, C. I. (2011). Reflexión docente y metacognición. Una mirada sobre la formación de formadores. Zona próxima, (14).

Puebla, R. y Talma, M. (1912). Metacognición en la formación inicial de los educadores. Revista Iberoamericana de Educación, (59/2).

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